lunes, 21 de abril de 2014

El Shaddai, pinceladas virtuales sobre el Libro de Enoc.



"El Shaddai" es un videojuego que vio la luz al mercado en el año 2011 en las consolas Xbox360 y PS3. El juego toma como base los escritos apócrifos del libro de Enoch y les da una reinterpretación bastante surreal.



En el juego tomaremos el control de Enoch, quien buscará a siete ángeles caídos para prevenir que el gran diluvio destruya a la humanidad. En dicha tarea es ayudado por Lucifer, quien al momento parece seguir siendo el ángel guardián encargado de la protección del mundo que existe fuera del flujo del tiempo.




El juego resulta ser bueno, con una mecánica aparentemente simple pero que requiere de analizar cual de las 3 armas principales debemos usar contra las hordas de enemigos y los jefes de nivel. Cada arma cuenta con ventajas y desventajas dentro y fuera del combate; Arch es versátil en el combate cuerpo a cuerpo, y le permite a Enoch descender lentamente si la usa en el aire; Gale es un arma de rango que permite correr y saltar sobre grandes precipicios, y Veil es un arma que si bien es lenta su daño es mayor, además de que puede destruir objetos que las otras armas no pueden romper. En las escenas iniciales el peso de la elección de las armas no es tan evidente, pero conforme se va avanzando los enemigos obligarán al jugador a poner mayor atención en el arma de la que hace uso.





Los diseños del juego corren a cargo de Takeyasu Sawaki, y hay que decir que la dirección artística es realmente destacable. El uso de los colores, las caprichosas formas de las armaduras de Enoch y los ángeles caídos y los surreales y coloridos escenarios vuelven al juego toda una delicia visual.






Los trabajos más destacados son las imágenes de arte conceptual, ya que sus formas minimalistas hacen un excelente uso de trazos sencillos, mezclado muy bien con el uso del color y de texturas, haciendo una ligera alusión al arte rupestre. El uso de cel-shading en el juego en conjunto con el manejo de las luces y cambios de tonos en los escenarios es destacado y llamativo, aunque en un par de ocasiones puede confundir al jugador.





Discutir las referencias teológicas que existen entre el escrito apócrifo y los conceptos usados dentro del juego es algo difícil de realizar en unas pocas páginas, aunque disfrutar el aspecto visual es algo fácil de lograr gracias al acertado trabajo que realizó Sawaki, ya que también desempeñó el papel de director, sumándose a la relativamente corta lista de artistas que también dirigen la creación total de un título de videojuego.















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