viernes, 27 de septiembre de 2013

"Dragon Ball Z: La batalla de los dioses" y el peso de la nostalgia. O de los queberes de la industria del entretenimiento.



Como muchos sabrán en estas fechas y fechas posteriores se estará estrenando la película de "Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses" por toda latinoamérica, y ha surgido alrededor del filme un apoyo muy grande gracias a, supuestamente, campañas de los fans y la gran expectativa que genera el hecho de que salga un nuevo filme de Dragon Ball que reciba el apoyo de Akira Toriyama en su proceso creativo.

Detrás de este título hay ciertas curiosidades que se han ido desarrollando, la primera es la ya mencionada "campaña" de los fans por tener las voces del doblaje original para su llegada a los cines latinoamericanos, en la que según esto, "gracias" a los esfuerzos de dichos fans se logró que las voces del doblaje original fueran utilizadas en esta distribución. Otra curiosidad es cierta reacción que se ha suscitado detrás de la distribución tras la obvia llegada de la película a internet a poco tiempo de su estreno en los cines, en la que se ha ridiculizado a los fans de la petición. Dichas posturas son obviamente enfoques que en su mayoría solo se centran en los blancos y negros de una gama de grises que siempre han rodeado a la industria del entretenimiento en mayor o menor medida, aunque para comprender un poco más sobre estas opiniones retomaré un poco algunas situaciones que se han ido dando con uno de los problemas más evidentes de la industria del entretenimiento: la piratería.





La piratería es un término que comenzó a darse a conocer con el surgimiento de tecnologías como los casettes de musica y de video beta y vhs. El surgimiento de estos productos que fueron lanzados por los mismos distribuidores de la industria del entretenimiento permitía a los usuarios realizar copias personales para preservar sus originales en el mejor estado posible, aunque también esto permitía grabar las transmisiones en la radio y la televisión. Esto no representaba ningún problema en un inicio, y aunque esto afectaba en menor medida las ventas de los originales no resultaba ser un problema mayor. Fue cuando ciertas personas comenzaban a lucrar con estas copias caseras que la industria comenzó a percatarse del problema que este nuevo elemento representaba para ellos. Fue así como comenzaron a surgir leyes en defensa de los derechos de autoría y los derechos de marca y distribución, leyes que inicialmente surgieron con la intención de defender los derechos sobre las propiedades intelectuales.



A lo largo del surgimiento de estas leyes y de la evolución de las tecnologías de desarrollo y distribución de la industria ambas partes han ido adaptándose a los tiempos, y si bien en parte las leyes tratan de defender los anteriormente mencionados derechos de autoría, marca, distribución y propiedad intelectual, también han ido, poco a poco, invadiendo los derechos de los consumidores. Leyes como SOPA, PIPA, ACTA y otras surgieron de las peticiones de varias partes de la  industria del entretenimiento que si bien trataban de defender la propiedad intelectual en sus formatos digitales, pero tambien su postura draconiana e invasiva a la privacidad de la gente y demás horrores han alarmado a mucha gente en la red.



Se que mi pequeño repaso a la piratería y las leyes de la protección intelectual carecen de un análisis más a fondo, pero espero que su función de regresar la visión de los grises sobre la industria del entretenimiento permitan ilustrar mejor mi opinión sobre lo que esta sucediendo alrededor del entretenimiento, claro que retomaré el notorio caso de la última película de "Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses". Como mencione al inicio del escrito en latinoamerica surgió un movimiento por pedir que las voces originales fueran las utilizadas en su lanzamiento al mercado latino, aunque se pasa por alto la evidente decisión de los distribuidores por llevar a cabo este movimiento; una mayor recaudación de los fondos y un público objetivo más amplio. Si bien para la gran mayoría de los lectores esto puede parecer evidente y algunos pensarán "¿porque carajos mencionas esto?" haré uso de otro caso sucedido en este aspecto.



El estudio Kyoto Animation (también conocido como KyoAni) realizó hace tiempo algunos comerciales sobre los que más recientemente destaca uno gracias a la respuesta generada por el fandom femenino gracias al uso de fanservice dedicado a este público objetivo. Entre las cosas que se suscitaron alrededor de esta serie una que particularmente llamó mi atención fue una petición del servicio de distribución de anime en linea "Crunchyroll" porque dicho show se llevará a cabo. A algunas semanas de la petición se confirmo el show y obviamente los voceros de la campaña dieron las noticias a los fans dando a conocer que su petición "había sido escuchada". Esto puede parecer un detalle sin importancia y hasta algo positivo, pero hay algunos detalles que quiero aclarar:

  • La fecha para la que el estreno fue anunciada fue muy cercana a la fecha en que la petición fue lanzada, por lo que cualquier peso de dicha petición puede ser descartada en haber influido en la decisión de lanzar esta serie al aire. Cualquiera que conozca un poco de la industria de la animación sabe que realizar un show toma una gran cantidad de tiempo en realizar, aun asi sean proyectos pequeños, gracias a lo laboriosa que resulta la labor de animar, especialmente cuando es en 2D.
  • A diferencia del mercado latinoamericano, en Estados Unidos existen distribuidores más grandes y hay entre ellos una competencia mucho más palpable que en los países de habla hispana. Además, los servicios allí se han adaptado mejor para optar por servicios que atacan más rápidamente la piratería y el internet, realizando incluso lo que se llama el 'simulcast', que es cuando los programas son emitidos al mismo tiempo que en su transmisión original en Japón. Debido a esto, los distribuidores están más en contacto con los estudios y deben estar más preparados e informados sobre los próximos proyectos y shows a estrenarse. Que un distribuidor como Crunchyroll haya iniciado la petición pone en duda la finalidad de la misma, ya que siendo una compañía que debe entender la operación de la industria animada haya lanzado dicha petición, más cuando la serie ha sido agregada a su catalogo de series, incluido además en el catalogo de simulcast. Esta campaña evidentemente le sirvió a Crunchyroll para ganar notoriedad en su mercado frente a otra competencia, y si bien no es una acción ilícita, es bastante deshonesta gracias a su posición en la industria.

Así que realmente el peso de la petición en sí, si bien no dudo que no haya influido en el hecho de que las voces originales hayan sido utilizadas, en el caso de no haber creado mucho furor en internet es probable que el resultado hubiese sido uno diferente, esto claro dependiendo de la opinión de los distribuidores de qué postura hubiese obtenido una mejor respuesta con el público objetivo.


Los puntos anteriormente mencionados también me dan paso a otra situación de importancia en lo que concierne a la distribución de la japanimación/anime en latinoamérica, principalmente en México. Actualmente hay pocas series que son traídas a nuestro mercado, y aquellas distribuidas en formato físico escasean. Compañías como Zima Entertainment, Gussi, Capital 8, On screen y la ya desaparecida Alter Films son algunos de los contados distribuidores de anime en nuestro país, y además de eso la mayoría de estos distribuidores solo se concentran en títulos que en mayor o menor medida han tenido un éxito relativo en el mercado global, como las películas de Ghibli, contadas series que llegaron a servicios de cable como el desaparecido Animax, series y sus secuelas que tuvieron su gloria en la televisión abierta como el mismísimo "Dragon Ball" o "Los Caballeros del Zodiaco" o series de más antaño que aprovechan su moderado éxito y usan el factor nostalgia como una herramienta para su venta al público como "Candy Candy" o "Mazinger Z". Esto en sí no es para nada negativo, pero el poco interés de los distribuidores por lanzar nuevos título e irse a la segura es por lo que la industria de la animación es prácticamente inexistente en nuestro país.
Dejando de lado el hecho que la piratería y el internet es un problema, estos son los mismos que sufren las series de TV y cable y tampoco el fandom es el problema principal, pues también el geek de series como "Game of Thrones" o "Breaking Bad" es culpable de las mismas faltas de las que se están culpando en estos momentos a los fans de la animación japonesa a un problema que ha existido en casi todas las ramas y géneros del entretenimiento. A diferencia de los amantes de otras ramas del entretenimiento, el fan de la animación japonesa no cuenta con tantas vías de distribución como sucede con otros nichos. Incluso el servicio de Crunchyroll en latinoamérica tiene un limitado catálogo de series dobladas o subtituladas en español, por lo que también esto limita un mayor alcance de este servicio a un mercado más amplio, eso sin contar con el catálogo de series que servicios similares como Netflix cuentan, ya que como anteriormente he dicho, la mayoría de las series han pasado por nuestro mercado con anterioridad y es rara o nula la serie que llegue a estos servicios que se está transmitiendo actualmente en Japón.


Como ávido lector, espectador y fan de esta rama del entretenimiento conozco lo mucho que han sufrido, y todavía sufren, muchas de las versiones nacionales que se distribuyen en nuestro mercado, e incluso las actuales y sobrevivientes películas todavía tiene varios detalles que pueden ser corregidos. Los títulos de Zima Entertaiment más cuidados son los de Ghibli, pero estos en su mayoría carecen de extras sobresalientes y algunas de las presentaciones de los menús dejan mucho que desear, aunque esto por lo general siempre ha pasado con las distribuciones nacionales de animación japonesa. Alter Films trataba de incluir o realizar algunos extras a sus dvds, pero la calidad del video a veces no era la óptima. Aun así trato de apoyar la distribución nacional en lo posible, pero resulta algo triste cuando, analizando a conciencia  los VHS originales de Viz Media de Ranma resultan un mejor producto para su tiempo y tecnología que muchos de los títulos de las distribuidoras nacionales de este nicho. No negaré que no hago uso del internet como medio para seguir las series que me interesan, pero estoy muy consciente de que también se requiere de inversión para activar el mercado y en ello pongo mi esfuerzo por apoyar la industria en lo posible.

Para finalizar quiero hablar también de la calidad del producto que resulta "Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses". El filme para ser una película de Dragon Ball tiene en verdad una mejor animación que la mayoría de sus películas y especiales, sin embargo, la trama carece de impacto y es sinceramente entendible sin la necesidad del doblaje latino. La acción no es mucha y el filme está plagado de muchos recursos cómicos, que seguramente a muchos nostálgicos les arrancarán más de alguna carcajada, pero la película carece de espectacularidad y de cualquier consecuencia a la trama de la saga, por no mencionar que aun solo siendo una película tiene un hueco argumental muuuy importante en la misma y que choca con la narrativa, aunque evitaré comentarlo para no hablar de ningún elemento de la trama para aquellos que todavía no han visto el filme. Personalmente me parece una película bastante prescindible, aunque no por ello no es entretenida, pero para ser un título reciente sufre de varios errores en su ejecución, como el mal uso ocasional de los fondos en CG, que si bien no están mal realizados, hay ocasiones en que desentona bastante, ni que decir del uso de los personajes en 3D en el que incluso Goku puede verse un poco deforme y peor modelado que en viejas entregas de los videojuegos de Tenkaichi Budokai, sinceramente un detalle muy malo para una producción de este calibre.


No estoy completamente convencido en decidirme en ir a ver la película en el cine por estos detalles, pero espero que la gente que sí se decida la disfrute mucho y que los involucrados del doblaje esten orgullosos de su trabajo. Sin embargo, siento que debía hablar sobre el ruido que hay detrás del filme y que si bien no negaré que la piratería y el internet son un problema, este no es exclusivo de la animación japonesa; el problema principal es el limitado apoyo e inversión en el mercado, las débiles vías de distribución requiere de todos los involucrados, no solo de los posibles consumidores. Desconozco si hay dobles o distribuidores que traten de apoyar o sumarse a que el mercado de servicios stream como Crunchyroll, Neon Alley, Funimation y demás se interesen en latinoamérica, pero sería una buena vía que se debería contemplar. Servicios como los de Funimation y Neon Alley dedican también esfuerzos en doblar algunas series, y aunque dudo que en primera instancia hubiese una fuerte respuesta, catalogos como los de Crunchyroll podrían ir poco a poco engrosando su repertorio con subtitulos en español y doblados especialmente para latinoamérica. De momento cualquier contribución por pequeña que sea es buena, y les recomiendo a aquellos interesados que usen aunque sea los servicios en línea gratuitos, pues aun esto tiene peso ya que genera focos verdes en nuestro mercado. Puede que su servicio sea limitado y no puedan ver las series más recientes, pero si el trato de títulos más antiguos les convence pueden decidirse luego por pagar una mensualidad, e incluso si les cuesta decidirse su repertorio de series disponibles de forma gratuita es bastante extenso como para que puedan tomarse su tiempo en tomar una decisión. La importancia radica en generar interés en latinoamérica y apoyar, en la medida que les sea posible a la industria de la animación, solo así habrá servicios mejores y más accesibles de la animación en nuestro mercado.

Hasta pronto.

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